Basta tu sola presencia
luminante y cariñosa
a sosegar mi espíritu rebelde.
Me basta con la esencia
que emana de tu frondosa
y espléndida caricia
para aquietarme el alma
y disfrutar de la calma
que da el amor verdadero.
Y para serte sincero
en tu selva vivir quiero.
El verde de tus miradas
el rubor de tu sonrisa
y estás ganas consumadas
poco a poco ya sin prisa
es como ramal al viento
que entrelaza el sentimiento
la emoción la algarabía
junto a toda la alegría
de tu jovial lozanía.
Eres huella arborescente
y tu pluma magistral,
alegra el cuerpo y la mente
del lector universal.
Las glaucas ramas florecen
con tus versos de vergel
en tus letras permanecen
alabanzas del laurel
y hasta el roble se arrodilla
ante el poema donado
por la lira que en ti brilla
verso a verso, lado a lado.
El araguaney de mi tierra
de mi lar el apamate
el mangal y el aguacate
de mi frondosa sierra
te regalo como lienzo
para que llenes con rimas
el momento en que comienzo
a besarte y tu me mimas.
Para ti tengo un nogal
un castaño y un almendro
y en tu poesía me acendro
con el verbo natural
de los árboles frondosos.
Y de todos los borrosos
recuerdos de mal vivir
no queda más que un silencio
que nos pide convivir.
Convivir entre cerezos
aceitunos y ciruelos
y entre lianas y altos vuelos
nuestras risas, mis acezos
y esta mágica figura
que me quita la cordura
cuando miro tu follaje.
Emprendamos este viaje
alrededor del planeta
sin objetivo y sin meta
sin maletas ni equipaje.
De rama en rama
le daría la vuelta al mundo
si tan sólo
tú me acompañaras.
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